El chico termina el bachillerato y no tiene ganas de estudiar nada. Como el padre es un tipo de pocas pulgas, lo aprieta:
– ¿Ah? ¿No quieres estudiar? Bueno, yo no mantengo vagos, así que vas a trabajar.
El padre, que tiene algunos amigos políticos dada su larga trayectoria, trata de conseguirle un empleo y habla con un amigo:
– Oye, Manolo, ¿te acuerdas mi hijo? Bueno, acabó el bachillerato y no quiere estudiar por ahora. Necesitaría un puesto como para que empiece a trabajar mientras decide si va a seguir una carrera… El asunto es que haga algo y no vaguee, ¿entiendes?
A los tres días llama Manolo:
– Oye. Que ya está, he encontrado algo para tu hijo. Asesor de la Comisión de Salud de la Cámara de Senadores. Unos 6.000 euros por mes. Está guay, ¿no?
– ¡Nooo, Manolo! ¡Es una locura! Tiene que comenzar desde abajo.
A los dos días, de nuevo Manolo:
– Ya lo tengo. Le conseguí un cargo de Secretario Privado de un Diputado. El sueldo es más modesto, de 4.000 euros al mes.
– ¡No, Manolo! No quiero que la vida se le haga tan fácil de entrada. Quiero que sienta la necesidad de estudiar, ¿me entiendes? Si gana esa pasta no estudiará nada.
Al otro día:
– Tío, ahora sí, Ayudante del Encargado del Archivo, con algo de informática, claro que el sueldo se va muy abajo … serían 2.000 euros,nada más.
– Pero Manolo, ¡por favor!, consigue algo más modesto. Es un niño aún. Algo de 600 euros.
– No tío, eso es muy difícil …
– ¿Por qué?
– Verás … esos cargos son por oposiciones, se necesita currículum, título, universitario, masters… ¿Me entiendes? …
4 comentarios, 0 referencias
+
#